Había una vez un escritor que vivía a orillas del mar, en una enorme playa virgen donde tenía una casita en la cual pasaba temporadas escribiendo y buscando inspiración para su libro. Era un hombre inteligente, culto y con sensibilidad acerca de las cosas importantes de la vida.
Una mañana, mientras paseaba a orillas del océano vio a lo lejos una figura que se movía de manera extraña como si estuviera bailando.
Al acercarse vio que era un señor que se dedicaba a coger estrellas de mar de la orilla y lanzarlas otra vez al agua. El escritor le preguntó al hombre qué estaba haciendo y éste le contestó: “recojo las estrellas de mar que han quedado varadas y las devuelvo al mar; la marea ha bajado y están atrapadas en la arena”. Dijo entonces el escritor: ”pero esto que haces no tiene sentido, primero es su destino, morirán y serán alimento para otros animales y además hay miles de estrellas en esta playa y en muchas otras, nunca tendrás tiempo de salvarlas a todas, son demasiadas”.
El hombre miró fijamente al escritor, cogió una estrella de mar de la arena, la lanzó con fuerza por encima de las olas y mientras sonreía exclamó: "para ésta… sí tuvo sentido”.
Al acercarse vio que era un señor que se dedicaba a coger estrellas de mar de la orilla y lanzarlas otra vez al agua. El escritor le preguntó al hombre qué estaba haciendo y éste le contestó: “recojo las estrellas de mar que han quedado varadas y las devuelvo al mar; la marea ha bajado y están atrapadas en la arena”. Dijo entonces el escritor: ”pero esto que haces no tiene sentido, primero es su destino, morirán y serán alimento para otros animales y además hay miles de estrellas en esta playa y en muchas otras, nunca tendrás tiempo de salvarlas a todas, son demasiadas”.
El hombre miró fijamente al escritor, cogió una estrella de mar de la arena, la lanzó con fuerza por encima de las olas y mientras sonreía exclamó: "para ésta… sí tuvo sentido”.
Cuento sufí
Para los que "arrojan estrellas al mar"... :)
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