30.4.11

El Valor de las Emociones




¿Alguna vez has dicho: “Mi esposo(a) me hizo enojar”, “tal situación me hace sentir triste”, “fulanito de tal me puso de mal humor”? Te puedo asegurar que sí, y que muy frecuentemente. Estas declaraciones son muy comunes. Pero si te detienes y piensas en tales declaraciones, te darás cuenta que son bastante ridículas, y por supuesto que no son ciertas. El hecho es que nada ni nadie puede hacerte sentir ninguna emoción que tú no elijas sentir. Las cosas que te suceden no determinan realmente las emociones que sientes. Mientras que puedes no tener control sobre todos los eventos o circunstancias que afectan tu vida, sí tienes la capacidad de elegir cómo piensas, sientes y actúas. No importa lo que suceda, tú siempre eliges las emociones que sientes.

La mayoría de las personas, involuntaria e inconscientemente, se convierten en víctimas de sus propias emociones, y pueden no creer que tienen el control de cómo se sienten. Las emociones negativas surgen tan rápidamente, que puede parecer que no hay tiempo de elegir una emoción diferente a la emoción natural reactiva. Si se te hace tarde para una cita, automáticamente te sientes ansioso(a). Si alguien te trata mal, automáticamente te sientes molesto(a). Cuando alguien te insulta o se aprovecha de tí, te puedes sentir inmediatamente resentido(a) o enojado(a). A todos nos suceden cosas desagradables de vez en cuando, y a menos que tomes el control de tus emociones, simplemente reaccionarás ante esas situaciones. Si te permites a ti mismo(a) reaccionar, tu subconsciente te ofrecerá emociones negativas, basado en las emociones que has elegido en circunstancias similares en el pasado.

Aunque puede ser que siempre hayas respondido de cierta manera negativa en una determinada situación, tus respuestas negativas del pasado no tienen que repetirse en el presente o en el futuro. Tu puedes elegir cada vez que enfrentas algo negativo. Puedes elegir reaccionar como siempre has reaccionado, o puedes elegir diferente. El pasado no tiene que ser igual al futuro. La realidad acerca de las emociones es que tú siempre las eliges. Tu siempre eliges cómo sentirte. Siempre. El hacerte consciente de ésto te dará mucho poder. Tú eres el autor de tus propias experiencias emocionales. Puedes elegir cual emoción quieres sentir en cualquier situación que enfrentes. Se necesita práctica, y no siempre es fácil, pero puede hacerse. Sólo necesitas decidirlo y comprometerte contigo mismo(a). La próxima vez que te encuentres a ti mismo(a) sintiendo una emoción que no te hace sentir bien, deténte y piensa acerca del proceso por el que atravesaste para llegar a esa emoción. Pudiera parecer como que la emoción te escogió a tí, pero en realidad tú la escogiste a ella.

El hacer una elección consciente en lugar de permitir que tus viejos patrones subconscientes te manejen, es elegir evolucionar y crecer. Deténte y piensa antes de permitir una respuesta automática, que no siempre es la más conveniente. La próxima vez que te enfrentes a una situación negativa, no simplemente reacciones. Busca el lado positivo de la situación. En lugar de sentir enojo o impaciencia, elige sentir aceptación, comprensión, compasión o paciencia. ¡Inténtalo! Te aseguro que tendrás resultados mágicos.

En el libro “El hombre en busca de sentido”, Victor Frankl habla de la importancia de elegir nuestras propias emociones, en lugar de permitir que la negatividad te atrape. El Dr. Frankl era un psicólogo que fue enviado a un campo de concentración por los Nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Como estudiante del comportamiento humano, el Dr. Frankl comenzó naturalmente a observar a la gente a su alrededor, sus reacciones a los horrores que vivían, y observó que variaban enormemente. El Dr. Frankl encontró que aquellas personas que elegían la emoción de desesperanza, y que simplemente se rendían, no sobrevívian durante mucho tiempo. Y para su sorpresa, encontró que en medio de aquella situación tan terrible, había algunos individuos que escogían emociones de amor y esperanza. El escribió: “Los que vivimos en aquellos campos de concentración recordamos que había hombres que confortaban a los demás, dándoles hasta su último pedazo de pan. Pudieron haber sido pocos en número, pero ofrecieron suficiente prueba de que todo puede serle arrebatado a un hombre, menos una cosa, la última de las libertades humanas – la de elegir la propia actitud ante cualquier circunstancia, la de elegir su propio camino.”

Debemos ser conscientes que las emociones se almacenan en nuestro cuerpo. Cuando bloqueamos nuestras emociones, no las sentimos o nos aferramos a ellas, estamos dañando nuestra salud física, mental, emocional y espiritual. ¿Has notado alguna vez cómo reacciona tu cuerpo cuando te sientes estresado(a)? Si no lo has notado, comienza a prestar atención. Investigaciones han demostrado que las emociones causan cambios en la bioquímica del cuerpo. Estos cambios bioquímicos representan el aspecto físico o material de la emoción.

Las emociones afectan nuestra vida en general. A la capacidad de reconocer y manejar positivamente las emociones, se le conoce como inteligencia emocional. Es la habilidad de identificar nuestras emociones, entenderlas y usarlas de manera saludable. El manejar nuestras emociones es la clave para vivir una vida extraordinaria. Cuando aprendemos a manejar nuestras emociones, identificamos su origen, nos hacemos conscientes de cómo nuestros cuerpos responden ante las diferentes emociones, y elegimos diferentes maneras para expresarlas sanamente. Además, tomamos la responsabilidad de nuestras emociones, diciendo: “me siento enojado”, en lugar de “tú me hiciste enojar”. Antes de tomar decisiones, aclaramos nuestras emociones. Respetamos las emociones de los demás y las nuestras.

Las emociones son un regalo, no algo de lo que tengamos que avergonzarnos y que tengamos que esconder. Las emociones hacen que la vida valga la pena vivirla, y necesitan ser expresadas adecuadamente. Las emociones son una lente a través de la cual vemos nuestro mundo. A través de unos lentes de enojo, vemos un mundo enojado. A través de unos lentes de miedo, vemos un mundo que nos asusta. Cuando creamos un ambiente de emociones no resueltas a nuestro alrededor, ésto afecta nuestra percepción del mundo. No importa que tan maravillosas sean las cosas, si estamos envueltos en una nube de amargura, nos sentiremos amargados.

Las emociones no solo nos ayudan a percibir la realidad, sino que nos ayudan a crearla. Las emociones son la materia prima de la vida. ¿Alguna vez has escuchado que los pensamientos son cosas? Hay mucha verdad en esa declaración, pero no sólamente los pensamientos son cosas, también las emociones lo son. Cuando las emociones se sienten, se expresan adecuadamente y se dejan ir, eso nos da poder. Así como el pensar nuestros pensamientos nos da poder, el sentir nuestras emociones también nos da poder. Cuando reprimimos nuestras emociones, y confiamos sólo en nuestro pensamiento, cortamos nuestro poder a la mitad. Acepta tus emociones, siéntelas y ellas se irán automáticamente después de que las hayas sentido. Si en lugar de sentirlas, las analizas, las juzgas, las justificas, las interpretas, entonces se quedarán atrapadas.

Entre más sientas tus emociones, más vivo(a) te sentirás. ¿Qué tan vivo(a) te sientes? Está relacionado directamente con la expresión y liberación de tus emociones. Eso es parte del valor de tus emociones. Las emociones son esenciales para la vida. No podríamos vivir sin ellas, aún cuando mucha gente trata de hacerlo. La clave está en sentir tus emociones sin contarte a ti mismo(a) una historia acerca de lo que ellas significan. Simplemente siéntelas. Necesitamos nuestras emociones para crecer y ser mejores. Entre más valores tus emociones, más te valorarás a ti mismo(a).

Nuestras experiencias de vida son realmente una proyección de nuestro propio estado mental y emocional. Creo que es tiempo de que la humanidad deje de negar el origen de sus problemas, acepte su responsabilidad por ellos y por los sentimientos y pensamientos que los crearon, lo cual le dará la paz interior que tan desesperadamente necesita.

¿Y cómo hacerte responsable de tus pensamientos y tus emociones? Comienza por hacerte consciente de lo que estás pensando y de lo que estás sintiendo. Mientras no seas consciente de ello, serás como un viajero sin dirección, sin sentido. Al aceptar la responsabilidad de tus propias emociones, estarás creando tu propia paz interior. ¡La elección es tuya!

Por María de los Ángeles (www.vidaextraordinaria.com) 20 de julio de 2010

El artículo no está completo, puedes leerlo entero en la genial página que hay indicada entre paréntesis. También hay en ella otros textos que realmente merece la pena leer.

1 comentario:

¡Ei chispita! :)