19.6.11

Superar el ego


 

"Solo se queda sordo el que ya hace tiempo lo estaba para su voz interior" Dethlefsen-Dahlke
 

Carlos Azagra define al Ego de esta manera: "El Ego es un elemento hábil, sagaz, rebuscado, muy inteligente, experto en el arte de las representaciones, en el teatro de la convivencia humana. Es el mejor "actor" creado por la evolución. Posee una imaginación frondosa y puede interpretar el rol del ser más desdichado de la Tierra con la misma firmeza y convicción con que minutos más tarde representará al más feliz"

Olguín nos aporta, que: El protagonismo es la cara externa del ego, que busca subsistir a toda costa, creando mecanismos de defensa:
 
1) Se apega a los roles, pero no a las ideas. De esa manera, no se aferra a los afectos. Pero, por otro lado, hace que la persona sufra de trastornos obsesivos.  
2) Los conflictos producidos por los eneagramas, como la ansiedad, los condicionamientos, la baja estima y los impulsos que son reprimidos, el ego los transforma en síntomas somáticos que afectan el sistema nervioso. Esta es otra de las facetas del rol de víctima. 
3) Desplaza las emociones originales para no debilitarse y las transfiere de la persona original a otro sustituto más aceptable.




Sugerencias: 
 
 * Intente conocer su ego y determinar cuándo su ego influye y domina su vida. Pregúntese: ¿Estoy escuchando a mi falso yo o a mi yo espiritual?.
(A medida que vaya adquiriendo conciencia de su ego, podrá librarse del egocentrismo y entrar en la conciencia superior.)

* Comience a llevar la cuenta de con cuánta frecuencia usa el pronombre "yo".  

(Al no centrarse en su propia persona estará superando el ego.)

* Comience a considerar su ego como una entidad que le acompaña y que tiene un propósito. Es invisible y siempre está a su lado.
 (Trata de convencerlo de que usted está separado de Dios, de su superioridad respecto de otros, y de que es "especial". El quiere que usted se sienta ultrajado cuando recibe un trato incorrecto, cuando lo insultan, cuando no lo acarician; ofendido cuando no sale con la tuya, herido cuando pierde en una competición. Primero conoce a esta entidad. Luego se percata de que está obrando en usted. Por último, se libre de ella.)
 

* Escuche a los demás y no se centre en sí mismo. Durante las conversaciones, concéntrese en lo que la otra persona está diciendo y en lo que siente. Luego responda con una frase que empiece por "tú, usted". 
(Esto se denomina escucha activa. Es una manera de contener el ego y permitir que participe el yo espiritual.)
 

* Resista el hábito de permitir que el ego domine su vida.
 (Cuanto más se resista a permitir que su ego sea quien controle su vida, más pronto llenará el espacio que antes ocupaban las exigencias de su falso yo.)
 

* Practique la meditación diaria o el acallar su mente para deshacer la ilusión de que está separado del universo y que todas las almas son extensiones de la energía de Dios.  
(Comenzará a tratar a los demás como le agradaría que lo tratasen a usted. Se sentirá conectado con todo y con todos.)
 

* Trate de borrar de su mente la palabra "especial".  
(Especial implica mejor que, o más importante que. Niega que Dios habite en cada uno de nosotros. Todos somos especiales a los ojos de Dios: por lo tanto, nadie necesita la etiqueta de "especial". No hay favoritos. No se relega a nadie.Todos somos Uno.)
 
* Escriba un diario. 
(Trate de describir en qué le beneficia sentirse ofendido. Lo que lo ofende es obra de su ego. No pretenda que el mundo debería ser como usted es y no como en realidad es.)
 

* Dé más de sí mismo y pida menos a cambio.  
(León Tolstoy, pasó de ser un egocéntrico a ser un servidor de Dios, luego de aprender muchas lecciones y pasar por tribulaciones. Y escribió lo siguiente: "El único significado de la vída es servir a la humanidad". Sea quien acaricie. Sea quien da cariño.)

* Recuérdese cada día que el más alto culto que puede rendírsele a Dios es servir a la humanidad, y que mediante ese acto su yo espiritual se sentirá realizado.
 
* Ponga fin a la búsqueda externa de la libertad y conozca el sabor de la auténtica libertad que es la comunión con su yo espiritual. 

 
La auténtica libertad no necesita nada para demostrar su existencia. Sólo siendo auténticamente libre podrá amar, porque no existe amor sin libertad. La falsa libertad exige que tenga a la mano algo que dé fe de su existencia.

Definitivamente, es recomendable a guardar silencio, cuando es necesario y no dejar que el ego se alimente de los halagos. Escuchemos atentos para dominar ese ego y activemos mandatos sobre nuestro cuerpo y no sobre los demás.
No nos dejemos atrapar por el ego, sorprendámonos inatento en todo aquello que de alguna forma alimenta nuestro ego y no dejemos que ello, nos atrape porque los efectos son muy negativos y cuesta mucho desprenderse de la vanidad, de todo aquello que el ego manifiesta. 

Sugerimos hacer uso de la meditación que es un estado en el cual se transciende el ego, y eso significa que en el estado meditativo no debería haber pensamientos de yo, mí o mío. Cuando meditamos, no sólo nos concentramos, sino que también estimulamos ciertas partes de nuestro cerebro, y a la conclusión de la meditación experimentamos euforia. Se cree que estas áreas existen principalmente en la parte no verbal y no discursiva de nuestro cerebro, la parte que procesa patrones, ritmos, formas y colores. De ahí que, la mayor parte de las técnicas de meditación utilizan yantras y mantras - diseños geométricos llenos de color o expresiones repetidas. Si meditamos sobre una rosa por ejemplo, reconstruimos mentalmente la experiencia de ella - su tacto, olor, color, sus partes físicas, etc., la rosa brillará de repente en nuestra mente, y la euforia que acompaña a la visión de esta rosa "Ideal", nos convencerá de que hemos visto la perfección. La meditación produce una exaltación que dura indefinidamente... días o incluso semanas. 

 Puedes leer el artículo completo en: Fuente 

2 comentarios:

  1. Muy interesante este escrito sobre el ego, GRACIAS, un cálido saludo, Cris

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  2. Muchas gracias a ti Cris, tu blog me ha transmitido una sensación especial.

    Un abrazo.

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